En un mundo de abdicaciones


Escritora y doctora en Literatura, Victoria Guerrero Peirano (Lima, 1971) publicó su primer poemario a inicios de los años noventa, con textos “bien escritos” y que respetaban la retórica tradicional. Pero el ciclo mayor de su poesía lo inició con su cuarto libro, Ya nadie incendia el mundo (2005), que abordaba temas como la enfermedad y la violencia política para desarrollar una poética propia y original. Una poética que continuaba la línea de las autoras de la generación anterior (la agresiva reflexión sobre el cuerpo) llevándola más allá del erotismo y la reivindicación de lo femenino. El ciclo continuaría con los poemarios Berlín (2011) y Cuadernos de quimioterapia. Contra la poesía (2012), y se cerraría con el libro recopilatorio Documentos de barbarie. Poesía 2002-2012 (2013). Guerrero acaba de iniciar otro ciclo poético con el libro En un mundo de abdicaciones (Fondo de Cultura Económica, 2016).

Este nuevo libro en realidad es doble. En su primera parte presenta el poemario “Un arte de la pobreza” un conjunto de veinte textos, de lo más reciente de la producción de Guerrero. Son poemas en los que la autora deja de lado los esquemas narrativos y las frecuentes referencias textuales de sus anteriores libros para centrarse más en la reflexión sobre asuntos personales, especialmente en dos ámbitos: el entorno más cercano y la propia subjetividad. De ahí que haya dos títulos que se repiten en varios poemas: “La casa roja” y “Rompecabezas de mí”, empleados respectivamente cinco y cuatro poemas. No es necesario recalcar que estos títulos corresponden a los dos ámbitos mencionados. Por ejemplo, en el tercer “La casa roja” se dice: “Sentada en una casa pequeña / la vida está escrita en rincones vacíos / o repletos de cosas acumuladas por el tiempo”. Y en el tercer “Rompecabezas de mí”: “En el invierno más oscuro aparece sorprendentemente una sonrisa / en mí”.

Como consecuencia de la simplificación temática y discursiva, Guerrero puede enfocarse en el propio lenguaje, que se convierte esta vez en el motor de varios textos. Desde una simple repetición —como en el caso del poema “Bosques”, una serie de versos anafóricos (“Bosques de objetos múltiples / Bosques de basura tecnológica / Bosques de novios y esposo muertos…)— hasta los juegos vanguardistas del poema “Escombros”. Este poema además tiene mucho de arte poética: “Me pongo cursi / quisiera escribir hermosamente / una bella metáfora de vez en cuando no estaría demás… / si la palabra hubiese nacido mía /… no habría que robar o aceptar textos mutilados…”. Y acaso el mayor interés de estos nuevos poemas es precisamente que en algunos de ellos Guerrero se “reconcilia” con el lenguaje (tan violento y agresivo en la etapa anterior de su obra), y llega a entregarnos algunas “bellas metáforas”, como la de los loros en el segundo “La casa roja”.

La segunda parte de En un mundo de abdicaciones lleva por título “Un arte de la incomplacencia”, y es una antología de poemas procedentes de libros anteriores. La intención es que, tratándose de un libro publicado por el Fondo de Cultura Económica (una de las más importante editoriales latinoamericanas), esta sección sirva de “introducción” a este original y valioso universo literario. Y hay que resaltar que Victoria Guerrero y la recordada Blanca Varela son las únicas poetas peruanas publicadas por esta editorial mexicana.

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